El ministro de Antigüedades, Mohamed Ibrahim, explicó en un comunicado que los egiptólogos desconocían hasta ahora a ese nuevo faraón, identificado como Seneb Kay.
Su nombre ha aparecido por primera vez grabado con jeroglíficos en la pared de la citada tumba.
El ministro resaltó que el descubrimiento arroja luz sobre la familia Abydos, una dinastía local que gobernó en una época “difícil” de la historia de Egipto, cuando el país se dividió en varios reinos locales.
El hallazgo también puede ayudar a revelar más información sobre el contexto político y social de entonces, así como de la secuencia histórica de los reyes de esa dinastía.
El jefe de la sección de Antigüedades, Ali al Asfa, señaló que la tumba donde se halló ese nombre está construida con bloques de piedra.
En la zona se encontraron restos de un ataúd de madera, dentro del cual estaban los restos en mal estado del esqueleto del faraón, que pudo tener una estatura de 1,85 metros, añadió Al Asfa.
En el recinto no se hallaron, sin embargo, restos de vasijas y otros objetos típicos de los enterramientos reales, que los investigadores consideran que pudieron ser robados. EFEFuturo