Los resultados se publican en la revista Nature, en un artículo que lo firman científicos del Consorcio Español del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica (LLC), entre ellos Elías Campo, del Hospital Clínic de Barcelona, Xose S. Puente (como primer firmante) y Carlos López-Otín, ambos de la Universidad de Oviedo.
Este consorcio pertenece a su vez al Consorcio Internacional de los Genomas del Cáncer, en el que cada país se comprometió a secuenciar el genoma de 500 pacientes en 50 cánceres: España eligió la LLC y ha sido el primero en presentar sus resultados.
Conocer qué cambios genéticos provocan el desarrollo tumoral y cómo influyen en la evolución de la enfermedad es un paso fundamental para mejorar y “afinar” los tratamientos, señala a Efe Puente, para quien esta investigación supone un nuevo avance en la extensión de la medicina personalizada o de precisión.
Las secuenciaciones de muestras de los 506 pacientes se realizaron en el Centro Nacional de Análisis Genómico en Barcelona y el consorcio tardó en hacerlas y analizaras cerca de cinco años.
Éstas revelaron que cada tumor había acumulado unas 3.000 mutaciones, aunque solo unas pocas contribuyen al desarrollo tumoral, mientras que el resto solían estar relacionadas con el envejecimiento.
El análisis de estas mutaciones permitió encontrar qué genes son los responsables de la transformación tumoral: “Este estudio nos ha permitido definir 60 genes distintos cuyas mutaciones provocan el desarrollo tumoral”, según López-Otín.
El 98 % de los pacientes de LLC tiene mutado alguno de estos 60 genes, detalla Puente.
Sin embargo, el hallazgo científico más importante de este trabajo ha sido identificar mutaciones vinculadas a esta enfermedad en zonas del genoma que no codifican proteínas, el lado oscuro del genoma.
El genoma tiene toda la información que desemboca en lo que luego somos: los genes que codifican proteínas hacen el pelo, el páncreas o la hemoglobina, pero esta información es solo el 2 % del genoma.
El otro 98 % no expresa proteínas y la relevancia funcional de este lado oscuro es aún muy poco conocida.
“Lo que hemos encontrado son dos regiones en esta zona oscura del genoma que son importantes para la LLC y hemos constatado que en los pacientes analizados el 20 % tiene ahí mutaciones”, afirma Puente.
Por tanto, el conocimiento de estas mutaciones se hace fundamental para conocer el estado y evolución de la enfermedad.
Con todo esto, los investigadores han hecho un catálogo “muy completo” de las alteraciones genéticas más importantes que causan el desarrollo de la LLC, apunta Elías Campo en una nota de prensa.
Si bien éste sigue abierto, los genes que queden por descubrir afectarán a un porcentaje muy pequeño de los pacientes.
Este año “es muy especial” para la LLC, ya que aparte de descifrarse el genoma de la leucemia más frecuente, se han introducido dos nuevos fármacos que han mostrado ser eficaces en pacientes con mutaciones en genes que provocaban una enfermedad más agresiva, según Campo.
Esto hace que para estos tratamientos, los hospitales requieran, además de la biopsia ordinaria, el análisis genético de las células cancerosas.
Más financiación
El consorcio español de la LCC tiene tarea por delante, como entender el mecanismo por el que un gen mutado provoca cáncer, ya que esto se traduce en nuevos tratamientos cada vez más efectivos.
Para ello necesitan nueva financiación del Gobierno, del que todavía no tienen un no pero tampoco un sí.
Fuentes del Ministerio de Economía y Competitividad, que ha venido financiado este proyecto, aseguran a Efe que se trata de una iniciativa “extraordinaria, por lo que se está trabajando para seguir apoyándola, buscando financiación tanto pública como privada”. EFEfuturo