Los trabajadores han recordado que hace más de un año y medio que ambas entidades “acordaron aplicar un recorte drástico mortal de necesidad” del presupuesto del observatorio del 60 por ciento, hasta un total de 1,6 millones de euros al año.
“Los contactos políticos se han producido a todos los niveles y con todos los partidos” mientras han proliferado todo tipo de iniciativas por parte de colectivos ciudadanos, aficionados a las astronomía y usuarios cuyo resultado “ha sido rigurosamente nulo”.
La plantilla de Calar Alto ha defendido que el recorte es “arbitrario” y que no “se basa en ningún estudio técnico ni existe ningún plan de viabilidad asociado” así como que su aplicación “ya está dañando a las prestaciones del observatorio, tanto en lo que se refiere a la producción de datos científicos, como en otros servicios a la comunidad”.
En este sentido, los trabajadores han incidido en que el presupuesto tradicional es similar al de un instituto de enseñanza secundaria y que la única explicación a estas políticas de ahorro parece ser “que se pretende dañar la institución de manera intencionada”.
“Todo el mundo sabe que el CSIC es un mundo de bandería y facciones enfrentadas donde las puñaladas traperas están al orden del día” y en el que Calar Alto “es el eslabón más débil de la astrofísica”, han dicho los trabajadores para preguntar a su vez si este observatorio “está siendo víctima de algún ajuste de cuentas”.
La plantilla ha formulado como alternativa una propuesta de recorte en el presupuesto anual del observatorio del 25 por ciento y ha pedido que el próximo director de Calar Alto “cuente con el visto bueno expreso del centro de referencia del CSIC para Calar Alto, el Instituto de Astrofísica de Andalucía”; que no se realicen despidos no pactados mientras prosigan las negociaciones y que cambie la política informativa del CSIC sobre Calar Alto, que han calificado de “intoxicadora”. EFEfuturo